jueves, 21 de septiembre de 2017

Causas de cáncer por gas Radón en interiores



Son muchas las ocasiones en las que nos preguntamos en primera instancia la correlación entre cáncer de pulmón y la mayor o menor concentración de gas radón en el interior de espacios habitables.


El radón es un gas inerte que se descompone en partículas radiactivas llamadas progenies del radón que pueden entrar al cuerpo humano a través de la respiración (adherido a partículas pequeñas, al agua disuelta,...). Al entrar en el cuerpo en la respiración, estos elementos radiactivos liberan rayos α que podrían afectar el tejido pulmonar, causando mutaciones y cáncer de pulmón después de una exposición a largo plazo, en un número no despreciable de casos.

La discusión está servida porque, como siempre, habrá grupos de detractores y grupos de personas que respaldan la tesis de que realmente es concluyente estar expuesto a gas radón en interiores.
 
Por no incidir en los innumerables estudios aportados por la US EPA, o al interesante colaborativo de 13 países de la UE se hace mención al prestigioso CAREX (CARcinogen EXposure) es un proyecto de investigación multiinstitucional que combina experiencia académica y recursos gubernamentales para generar un programa de vigilancia de carcinógenos basado en la evidencia para Canadá, perteneciente a la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Simon Fraser, avanzó en sus estudios estadísticos muy concluyentes.

Según sus estimaciones el riesgo de incremento de cáncer en la vida de un ser humano, como un indicador de la exposición de los canadienses a carcinógenos conocidos o sospechosos en el medio ambiente. establecen que para carcinógenos de aire en interiores muestran que el gas radón es claramente la exposición de mayor prioridad en los entornos canadienses, y hace una clara asociación con la geología del subsuelo.


Es curioso que se hable de los efectos secundarios de los gases de los vehículos diesel por su particulado de tamaño reducido (materia particulada entre PM 2,5 y PM 10,  de 2,5 a 10 micras) y su influencia para la salud, pero poco o nada se sabe del gas radón. Máxime cuando el estudio de referencia de la OMS se vinculó a camioneros que trabajaban en minas. Posteriormente se vinculó a cánceres de vejiga y el trabajo concluyó que el humo de gasolina es posiblemente carcinogénico para humanos. Nadie niega la mayor, pero sorprende que todo aquello que se vincula con la automoción tiene siempre un eco mayúsculo en los medios de comunicación. Hay poca evidencia científica que correlacione el problema (inhalando gases en este caso también), y sin embargo hay cientos de artículos que se retroalimentan los unos a los otros ahondando en la problemática. A nadie se le ocurre vincular que gran parte de las partículas PM10 tienen como origen en el polvo sahariano, razón por la que se superan los umbrales establecidos por la normativa innumerablemente.

Es curioso a su vez que todos seamos conscientes de los terribles efectos de los accidentes de tráfico, con 1.160 fallecidos en 2016 según cifras de la DGT, y sin embargo no seamos conscientes, de que el gas radón es posiblemente más letal aún, pero silenciosamente.

La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) teniendo en cuenta los datos de muertes anuales por cáncer para el 2012 y y en base a diferentes estudios europeos, que estiman que el 2% de todas las muertes por cáncer son causadas por radón, por lo que la cifra de 2.000 muertes en las que interviene el gas radón bien podría ser considerada una referencia.

En Galicia, en base a estudios de la Universidad de Santiago de Compostela de zonas de afección, la exposición continuada al radón en los domicilios supondría un impacto del 9% de todos los cánceres de pulmón,(asumiéndose el límite establecido por la EPA de 4.0 pC/l o 148 Bq/m3),lo que representa de facto, una incidencia muy importante en comparación con otras regiones de España.

https://ep00.epimg.net/elpais/imagenes/2011/05/19/media/1305771545_720215_0000000000_noticia_normal.jpg El mapa de radicación natural en España ya es un indicador de las zonas sensibles, por lo que los resultados obtenidos en Galicia son entendibles, por cuanto la roca madre en la que se asientan las viviendas tiene un contenido granítico o pizarroso con un elevado contenido en Uranio, a la postre el origen del gas radón.

Existe un trabajo realizado por Maria Torres Durán, de la Universidad de Santiago de Compostela, recopilatorio de la evidencia científica al respecto, y se circunscribe al entorno gallego. A su vez, a modo de trabajo integrado, se realiza el estudio: Radón residencial y cáncer de pulmón.Un estudio ecológico en Galicia, que arroja con conclusiones similares.

Concluye que la correlación entre cáncer y radón en hogares es directa, por primera vez vinculándolo a gradientes de concentración y a efectos posteriores. Existe asociación entre el radón residencial y la mortalidad municipal por cáncer de pulmón en Galicia.

Sin entrar en cánceres de otra tipología que podrían ser causados por el gas radón, como arrojan los interesantes recientes estudios de tumores cerebrales, o por ejemplo en cánceres de piel,..., que exigen estudios más amplios con poblaciones que permitan análisis estadísticos en diferentes países para reforzar dichos hallazgos, queda avalada consistentemente la correlación existente entre cáncer de pulmón y exposición a gas radón en interiores, en límites de mortandad suficientemente destacables para tomar las medidas sanitarias precisas.

La próxima trasposición al Ordenamiento jurídico espanol de la Directiva 2013-59-EURATOM, del Consejo, de 5 de diciembre de 2013, por la que se establecen normas de seguridad básicas para la protección contra los peligros derivados de la exposición a radiaciones ionizantes, establece un límite de 300 Bq/m3.

Sorprende que sea la misma directiva la que literalmente diga "Los descubrimientos epidemiológicos recientes de los estudios residenciales demuestran que existe un mayor riesgo estadísticamente significativo de padecer cáncer de pulmón derivado de la exposición prolongada al radón en recintos cerrados a niveles del orden de 100 Bq/m3", y sin embargo luego establezca un nivel de referencia de mínimo de 300 Bq/m3.

Inexplicable. No obstante, no extraña que  Luis Santiago Quidós, Universidad de Cantabria, pionero en el mundo de gas radón es España, se quede sorprendido ante lo que parecía iba a representar un avance en la protección del gas radón tras los límites de 100 Bq/m3 señalados por la OMS en 2009 y que 8 años después tripliquemos ese ratio, aún sabiéndose, como se sabe, que la correlación es lineal y por tanto a mayor cuantía de concentración de gas radón corresponde un mayor riesgo.

Pero de niveles de gas radón ya hablaremos en otra entrada.

Héctor Solano ©
info@radonspain.com

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